El PSOE quiere eludir el debate de la Monarquía: pide dilatar los plazos de la Ley de la Corona
La futura norma que Podemos quiere que regule el comportamiento del Rey Felipe VI ni se ha debatido en el Consejo de Ministros
El PSOE da un paso más en su pugna con Podemos a costa de la Monarquía. Los socialistas quieren eludir el debate de la Monarquía y han pedido ya internamente a Pedro Sánchez que dilate los plazos de la Ley de la Corona. Por el momento, la futura norma que Podemos quiere que regule el comportamiento del Rey Felipe VI ni se ha debatido en el Consejo de Ministros.
Esa es la situación que busca el PSOE: que se demore su discusión y tramitación hasta el punto de acabar eludiendo la aprobación.
Podemos pretende convertir esa norma en un medio para arrinconar a Felipe VI. Y los sectores clásicos del PSOE no están por la labor. La decisión final la tomará el propio presidente Sánchez. Pero su partido es consciente de que el ritmo definitivo que adopte esta norma se puede convertir en una trampa mortal para los socialistas. Hay que tener en cuenta que el PSOE combina en su estructura de voto a colectivos más radicales con otros más moderados: y estos últimos peligrarían en caso de que el PSOE entrase en una deriva plenamente anti institucional. Justo la senda por la que le quiere llevar Podemos.
La presión de Iglesias es muy fuerte, pero el rechazo de algunos de los pesos pesados del PSOE también. Líderes del PSOE, incluidos algunos ministros, se han cansado de dar oportunidades como ésta a Podemos. Los enfrentamientos entre los dos partidos son habituales incluso en el Consejo de Ministros, pero el tema de la futura regulación de la Corona ha disparado la tensión entre los dos partidos.
La futura Ley de la Corona pretende regular el comportamiento habitual y funciones de la Casa del Rey. En principio, algunos barones del PSOE, como Emiliano García-Page, o ministros del PSOE, especialmente la responsable de Defensa, Margarita Robles; la de Hacienda, María Jesús Montero, y la de Economía, Nadia Calviño, no son contrarios a incrementar los mecanismos de control de la monarquía. Pero sí lo son a que esa regulación se convierta en un ataque a la figura del Rey y, en especial, a su papel como pilar del esquema constitucional español. Por no decir que, además y como consecuencia, en una disculpa más para forzar un proceso constituyente completo.
El tema de la Ley de la Corona no ha llegado a tratarse aún en el Consejo de Ministros. Pero los partidos son un hervidero con este asunto. Sectores clásicos del PSOE han mostrado ya su rechazo a una reforma radical del trato a la Corona. Unos sectores que se apoyan en barones como el castellano-manchego, Emiliano García-Page o el extremeño Guillermo Fernández-Vara. Y que cuentan con el apoyo de ministros como la responsable de Defensa, quien ha puesto en duda, incluso, la posibilidad de abordar una reforma de la magnitud de la prometida nueva Ley de la Corona.
La solución a este problema planteada por miembros del PSOE ha sido la de «patada adelante». La de no abordar definitivamente el asunto por medio de demorar los plazos y discusiones. La de escapar al asunto para evitar una subasta con Podemos ante sus electores: una especie de pugna para evaluar quién es más rupturista.
La propia Zarzuela ha dado ya el primer paso para evitar un ataque como el que prepara Podemos. Así, mientras el partido Pablo Iglesias se enzarza en un intento de desgastar a la Corona, la Casa del Rey ha mostrado ya su plena disposición a avanzar en los mecanismos reguladores de las finanzas de la Casa Real y de las exigencias de transparencia, tal y como ha publicado OKDIARIO.
Zarzuela da el primer paso
Las conversaciones con Moncloa ya han comenzado y el Rey no tiene el más mínimo inconveniente en convertir a la Corona en una institución con más mecanismos de control económico incluso que los exigidos a otros organismos públicos. Podemos, por su parte, tiene claro que su ataque a la monarquía y al Rey Felipe VI no es una cuestión puntual sino plenamente estructural y estratégica.
En el PSOE saben perfectamente que el plan de los hombres de Pablo Iglesias pasa por provocar un incremento de la tensión sobre la Corona y del debate sobre la necesidad de acabar con la monarquía parlamentaria con un propósito final: acudir a las próximas elecciones generales bajo la supuesta bandera de unos comicios plebiscitarios; de unas elecciones que los morados pretenden vestir de decisivas para que la gente elija entre Monarquía o república. De forma que uno de los grandes argumentos de Podemos contra el PSOE sea que los socialistas no son capaces de dar el paso hacia el desmoronamiento del sistema regulado en la Constitución.
El PSOE ya sabe que los ataques contra la Monarquía iniciados por Podemos no serán pasajeros. Saben que forman parte de los acuerdos estratégicos entre el partido de Pablo Iglesias y las formaciones de Oriol Junqueras y de Arnaldo Otegi. Y saben, igualmente, que el objetivo final no es otro que provocar un debate interno y destructivo en el propio Partido Socialista.
Porque, por mucho que Pedro Sánchez siga permitiendo a Podemos bombardear al Rey, lo cierto es que el plan de Iglesias pasa por provocar una merma del voto clásico y de los simpatizantes menos radicales en las filas socialistas.